viernes, 3 de mayo de 2019

La excepción.

Ya perdí la cuenta sobre la cantidad de veces que pensé "qué ganas de guardar este momento en un frasquito", con ganas de que dure para siempre.
Podrán decirme que en el fondo esos momentos se quedan dentro nuestro, que pasan a formar parte de uno, pero la verdad es que caducan; tienen un principio y un final. Una vez terminados, sólo queda un eco, un recuerdo a colores, incluso hasta con banda de sonido propia, una muestra más para la colección de momentos memorables.
Esa es la ley. Pero dicen que para toda ley existe una excepción.
Te veo recién amanecida, no nos decimos nada, pero tu piel y los rayos del sol que atraviesan la ventana del dormitorio hablan el mismo idioma.
Buscaste una de mis camisas y te la pusiste, la abotonaste cruzada, distraída mientras me hablas sobre cuestiones del horóscopo que descubriste recién y que probablemente yo jamás comprenda del todo, pero en este instante, me parecen las palabras más sabias que pueda escuchar.
Yo me puse solamente un pantalón corto que estaba sobre una silla, sin apuro.
Te ofrecí unos mates pero elegiste la botella de vino que nos quedó a medias de anoche. Siempre fui amante del malbec, pero admito que disfruto mucho de ese blanco dulce que tanto te gusta.
Me servís una copa. Te espero sentado, venís hacía mi mientras busco mi lista de canciones favoritas, ansioso porque las escuches pero no puedo quitar mis ojos de vos.
Te sentás sobre mis piernas frente a mi, te rodeo con mis brazos y simplemente, acabo de olvidarme por completo de la copa de vino.
Las canciones empiezan a sonar y admito mi ingenuidad, la verdad es que no hay música más bonita que la de tus gemidos.
Voy a corregir el desfase de botones, tengo que quitarte la camisa para eso y en el juego de las probabilidades, todo apunta a que volveremos a la cama.
Siempre encuentro la excepción para toda regla. Exijo congelar este instante.
Pero es en vano. Lo deseo y al mismo tiempo no. Porque disfruto de ese beso profundo y a la vez quiero morderte, sujetarte con fuerza, violentarte, penetrarte con mi fuerza de los buenos días, decirte con mi voz ronca de recién despierto todo lo que despertaste en mi, que excede a lo que puedes ver.
Siempre encuentro la excepción.
Sos vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Manual para matar.

¿Cómo matar a un no muerto? Lo sé, parece una pregunta estúpida, y quizás lo sea. Jamás me agradaron los dueños de verdades y no pretendo tr...