jueves, 27 de julio de 2017

Guía de supervivencia para Lucía y Lautaro.

1. Cómprense un buen perfume. Oler bien genera un gran impacto.
2. Den largos paseos cada vez que puedan.
3. Coman fruta todos los días.
4. Intenten dormir al menos siete horas al día.
5. No tomen café antes de dormir.
6. No beban de vasos ajenos en una fiesta o en un boliche.
7. Den pelea por esa pareja a la cual están perdiendo y quieren recuperar. Den todo de sí mismos.
8. Una vez que dieron todo, si aún así la relación no vuelve a existir, acepten que él/ella no volverá,
9. Den vuelta la página.
10. Viajen. Si pueden hacerlo solos, háganlo.
11. Aprendan nuevos talentos. Todos los que puedan. Cuando se les termine la juventud, no volverán a tener tiempo libre.
12. Hagan ejercicio al menos tres veces a la semana.
13. Compren ropa que les quede bien. Luzcan bien por favor.
14. No desperdicien alimentos. Hay mucha gente que no tiene nada para comer.
15.  Lau, levantá siempre la tapa del inodoro. Vas a ver cómo eso solo mejora la convivencia.
16. Acepten que habrá momentos donde no entenderán nada y todo dolerá muchísimo.
17. Lu, si no levanta la tapa del inodoro, no es para vos.
18. Acepten que hay gente estúpida que tiene suerte y gente lista que, simplemente, no la tiene.
19. Lau, entendé que esa chica que te gusta, no va a comenzar una conversación con vos, pero si das el primer paso, todo va a estar bien.
20. Lu, casi todos los hombres te van a buscar por sexo solamente y te van a decir mil cosas lindas. Pero hay buenos hombres (y muchos) que te van a respetar.
21. Acepten que todos vamos a morir. Y que en algún momento en el futuro, alguien pensará en ustedes por última vez y después de eso, seremos olvidados para siempre.
22. Pasen tiempo con sus padres. Me incluyo. No importa si les parecemos aburridos o nos quejamos por todo o si tienen algún rencor. Cuando no estemos, no habrá nadie de quien recibir una llamada para saber cómo están, nada de abrazos y ninguna broma incómoda sobre la niñez de ustedes.
23. Discutan sobre política, involúcrense, pero acepten que la gente no pensará igual que ustedes.
24. Acepten que el vino caro, casi siempre vale su precio.
25. Acepten que las zapatillas y los celulares caros, casi nunca valen su precio.
26. Entiendan que nada supera a una charla cara a cara.
27. Si alguien les dice que todo es relativo, invítenlo a que se tire desde un quinto piso, y vean si descubre si la gravedad es relativa.
28. No se dejen intimidar por la gente que usa palabras complicadas y mucho menos por los que levantan la voz.
29. Visiten al dentista y al oftalmólogo con regularidad.
30. Cuiden su salud. Escuchen a su cuerpo.
31. Aprendan a cocinar al menos un menú con destreza. Cocinar para otro es un acto de amor enorme.
32. Aprendan los nombres de al menos cuatro constelaciones. Les van a servir en una cita romántica.
33. Consuman poca sal.
34. Reemplacen al azúcar por la miel.
35. Coman muchas verduras por amor de Dios.
36. Acepten su cuerpo tal y como son. Son hermosos.
37. No soy el príncipe azul ni el super héroe que creen. Lastimé a personas que quiero y me arrepiento mucho de haberlo hecho. Soy débil, tengo temores y a veces no sé qué hacer con mi vida. Pero trato de ser la mejor versión posible de mi mismo para darles un buen ejemplo.
38. Acepten que la felicidad no es un estado constante.
39. Lean. Y escriban. No importa si no les sale una gran obra literaria. Escriban para ustedes. Y después vean si lo hacen para otros.
40. Voten siempre. Y nunca lo hagan en blanco.
41. Busquen su pasión. Y si la encuentran, se aferran a ella. Es el equilibrio que van a necesitar en su vida.
42. Estén listos para sufrir un estrepitoso fracaso. Es la mejor forma de construir carácter. Casi nadie tuvo éxito en su vida sin haber chocado antes contra una pared.
43. Usen casco si viajan en moto. Mejor si no viajan en moto.
44. Usen siempre el cinturón de seguridad.
45. No conduzcan jamás si bebieron alcohol.
46. Aléjense de las drogas. No importa quién se las ofreza o si se las están regalando.
47. Lau, dejate la barba y el bigote. Sólo para ver cómo te queda.
48. Si él/ella no lee, no es para ustedes.
49. Inviertan en un buen colchón.
50. Revisen siempre los bolsillos antes de poner a funcionar el lavarropas.
51. Escuchen mucha música.
52. Les van a romper el corazón. Les va a doler mucho. Pero recuerden que una cicatriz recuerda una herida, pero también que esa herida sanó.
53. Jamás le rompan el corazón a la persona que aman. Y si lamentablemente lo hacen, hagan hasta lo imposible para demostrar que son mejores y nunca van a hacerlo de nuevo.
54. Van a tener la posibilidad de ser infieles. No lo hagan.
55. Cuiden y valores a sus amigos. Son los que van a estar siempre además de sus padres.
56. Tengan mascotas. Les van a brindar un amor puro y desinteresado.
57. Cuando discutan con su pareja, bájense del caballo. Lleguen a un punto medio.
58. Nunca acepten que les levanten la mano.
59. Huyan de las relaciones tóxicas. Busquen su felicidad.
60. La pareja se construye con diálogo, respeto y mucha, mucha paciencia. Lau, a las mujeres hay que escucharlas. Lu, los hombres somos simples, básicos y elementales. No te hagas la película. Mucho menos la secuela.
61. Mantengan limpia toda la casa. La limpieza de la casa dice mucho de ustedes.
62. Si creen que se les viene lo peor del mundo, recuerden, hagan memoria. Pasaron por cosas peores antes, y ahí están, vivos. Y a todos nos pasó algo feo. Y lo superamos o aprendimos a convivir con eso.
63. Lau, Lucía es lo mejor que tenés. Lu, Lautaro es lo mejor que tenés. Son un equipo.
64. Sean mejores que yo. Mucho.
65. Van a entenderme cuando sean padres.

El texto está inspirado en un video que vi en Youtube hace unos días (Instructions for a happy life) De hecho, me tomé la atribución de tomar algunas de sus líneas (sobre todo al principio), ya que son casi leyes universales (al menos para mi)

martes, 25 de julio de 2017

La suma de todos los miedos.

Fer: "Ma, ¿puedo salir a jugar con los chicos?"
La Gringa: "No."
Fer: "Pero maaaa, ¿¿¿por qué no???"
La Gringa: "Porque no, porque es la siesta."
Fer: "Pero qué tiene que veeeer maaaa, daaaaleee, dejame salir."
La Gringa: "No, entendé que no, a la siesta anda el viejo de la bolsa."

Debo haber tenido cinco o seis años. Y fue la primera vez que oi hablar de ese personaje.

La Gringa: "Es un viejo que anda cargando una bolsa (mi vieja, siempre tan amplia en sus descripciones) y los mete adentro a los chicos que andan solos a la siesta."

¿Adónde? ¿Para qué?

La Gringa: "Los lleva a su casa ... ¡y los come!"

Listo má, dejame adentro que juego con los soldaditos. Claro, no era muy motivante ser metido en una bolsa sucia, con otros nenes, para después ser el canapé de un caníbal ambulante previa sancochada.
Debo admitir que el argumento es válido. Desmoralizaba al enemigo (los hijos) y evitaba tener que dar un montón de argumentos para tenerlos a los hijos adentro mientras los viejos dormían la siesta.
De hecho, hoy utilizo las mismas artimañas con mi descendencia.
Pero el viejo de la bolsa no era el único miedo que infundían en la casa de Bernarda Alba para acobardarme. A la noche, aparecía la bruja. Posta. Y se llamaba "Paratuja". Y yo le tenía pánico. Qué chango zonzo. Con razón me cuesta aún madurar.
Sin embargo, el viejo de la bolsa y la bruja paratuja eran nenes de pecho comparados con mi mayor temor, la suma de todos los miedos: las gitanas.
Las gitanas te metían debajo de la pollera y te llevaban a sus carpas para criarte como gitano y venderte. A otro gitano me imagino. Calculo que te ponían una botella plástica en la cabeza para que los gitanos sepan que estabas en venta y te cambiaban por una camioneta.
Era tal el terror que les tenía que una siesta golpearon la puerta de casa y fui a meterme debajo de mi cama y no salí hasta las siete de la tarde, haciendo caso omiso a los llamados de todas las mujeres del hogar. Cuando me animé a salir, me hice acreedor del gran premio: dos chirlos en el culo, bien pegados por preocupar a la familia.
Y yo les hubiese dicho que me peguen otro, por creer en la bruja paratuja.

viernes, 21 de julio de 2017

Reinventarse.

Admito que fui capaz de marchitar tu corazón en primavera.
Acepto que hice crujir tu corazón.
Asumo que me convertí en un inquisidor, en un abismo frío,
en un camino sin fin, en rehén de mis demonios.
No obstante, entiende, que tus palabras eran dagas,
que dejaste expuesto mi pecho.
Acepta que volví a mirarte con ojos de primera vez,
asume que tu sonrisa es la mejor paga al finalizar el día
y admite, por amor de Dios, admite de una vez,
que el lienzo de tu espalda luce más que nunca
como obra de arte luego de ser pincelado con mis besos.

miércoles, 19 de julio de 2017

El negro.

Tuve muchas mascotas a lo largo de mi vida. Mi infancia, no la considero completa sin mencionar a los perros que tuve. A todos los quise pero al primero que amé fue a uno que vino de la calle, petiso, renegoso como todo petiso y de color castaño claro. Batuque se llamaba. Ya había sido bautizado así por solo Dios sabe quien. La felicidad del tipo era que lo dejen salir a la calle diez minutos por día, mearle la casilla de gas a un vecino, trotar hasta la esquina. hacerle un par de tiros a la caschi de alguna casa cercana y volvía solo.
Le faltaba fumarse un pucho nada más.
El Batuque se fue de viejo, habrá tenido casi veinte cuando murió y yo ya era grande. No maduro, no confundamos las cosas. Ya le avisé a mi madurez que me banque al menos hasta que estrenen la última de Avengers.
Yo lo enterré. Está en el fondo de casa el petiso. Me acompañó siestas enteras jugando a la pelota de niño, boludeando con la compu de adolescente y estudiando en mis épocas universitarias.
Me pongo a verlo así y este nene, me doy cuenta ahora, estuvo siempre.
Pasó que después de todo eso me fui de casa. Me casé, compré un terreno, empezamos a construir. Y todo eso sin madurar. Pero me faltaba un perro.
Fui a la peatonal Muñecas y había una familia regalando cachorritos. Eran todos negritos y les quedaban tres. Había uno, puntualmente muy lindo. Lo alcé y me lo llevé. A éste lo bauticé yo. Rufus le puse.
Rufus tenía genéticamente muchas más energías que Batuque. Muchas. No se cansaba nunca. Se hizo fibroso, grandote, era bravo. Muy bravo con cualquier cosa que él consideraba una amenaza. Super cariñoso con mis cachorros y super fiel conmigo. Yo le retribuía esa fidelidad alimentándolo, bañándolo, poníendole agua fresca, comprándole algún juguete y refugiándolo cuando el frío o la lluvia arreciaban o cuando abundaban los fuegos artificiales.
Hacerlo jugar era una tarea titánica. Lo que más disfrutaba era que ate una botella plástica a una soga y hacer correr la botella por el fondo de casa. Rufus corría a toda velocidad detrás de la botella y si era necesario saltar, saltaba. Ojo, saltaba un montón. Tuve que elevar la tapia del fondo a tres metros porque el tipo la trepaba y se iba al vecino.
Cuando me fui de casa, cargado de bolsas de consorcio, en medio de la noche, Rufus estaba en la puerta del pasillo que llevaba al fondo de casa. Lo miré muy fugazmente, casi que no quise verlo. Lo escuché lloriquear hasta que me subí al auto de mi amigo que me sacó de ese lugar que supo ser mi hogar.
Desde que me fui sólo lo saludé desde una ventana cada vez que iba a ver a mis peques. Lo vi desmejorar sin poder hacer mucho para revertir la situación. Y mi corazón se cerró para las mascotas. No quise volver a tener otra.
La cosa es que ayer a la siesta Rufus murió.
Tres años de agonía desde que me fui. Murió flaco, enfermo, casi ciego. Murió sin mi. Y yo me morí un poquito ayer.
Se fue a trepar paredes al cielo de los pichos ... y yo me quedé acá, con ganas de hacerlo correr hasta que saquemos la lengua los dos, de abrazarlo y, por primera vez en años, con ganas de tener un perro.

viernes, 14 de julio de 2017

Pendeviejo.

Quizás una de las primeras reacciones que tiene un hombre luego de separarse es "apendejarse" (para los lectores del país del chavo, no se alarmen, me refiero a que pretendemos lucir jóvenes)
Lo primero que hice como acto de rebeldía hace unos cuantos años ya, fue comprarme un par de zapatillas. Verdes eran. No es que tenían unas tiritas verdes. No, eran completamente verdes, como si Hulk las hubiese escupido.
Eran muy feas. Pero era más simbólico que otra cosa. Igual, lucí ese símbolo por bastante tiempo con mucho orgullo. Zapatillas verdes, donde sea que estén, las extraño mucho.
Ok, ya tenía zapatillas.
Fui a comprarme una camisa. En este caso tuve mejor gusto, no se alarmen. Le di pena a la vendedora y me fui con una buena compra.
Me faltaba el pantalón. Así que, viendo qué usaba la gente (joven) en esa época, noté que abundaban los chupines.
Así fue que una tarde vi unos pantalones muy facheros en una vidriera de barrio sur.
Entré y me atendió el dueño. Gay el dueño.
Fer: "Hola, ¿me puedo probar ese pantalón que está en la vidriera?"
Dueño: "Sí mi amor, qué talle."
Fer: "42"
Dueño: "A verrrrrr ... sí mi vida, acá tenés, pasá al fondo, hay unas salitas con camillas, no te asustes, es que también doy masajes, entrá en cualquiera de las salas."
Llegué, entré a la primer salita y corrí la cortina. Me lo probé y medio que me sentí raro. Estaba saliendo de mi zona de confort asi que me lo saqué.
Dueño: "Vidaaaa, ¿cómo te quedó?"
Fer: "No amigo, no me gusta cómo me queda, no lo voy a llevar."
En ese momento el tipo corrió la cortina y entró a la salita. Yo estaba en boxer y camisa. Como Tom Cruise en "Negocios riesgosos" pero con el 10% de su facha. Debo admitir que dudé si debía correr en interiores hasta la vereda.
Dueño: "Pero noooooo, mirá esas piernas herrrrmosas que tenéssss, ponételo de nuevo."
Fer: "No amigo, todo bien, pero ..."
Dueño: "Ponételo."
Fer: "No amigo, en serio ..."
Dueño: "Ponételo."
Fer: "No, te juro que ..."
Dueño: "Ponételo."
Fer: "Es que me ajusta mucho ..."
Dueño: "Que te lo pongas."
En ese instante tomó los pantalones, se arrodilló frente a mi y:
Dueño: "Dale, meté las piernas."
Dejé que me pasara el pantalón, lo levanté hasta mi cintura (al pantalón) y ... con respecto al cierre tenemos un tema. Empecé a subirlo yo. Él me ayudó a que suba del todo. Todo ese proceso con él arrodillado frente a mi y yo mirando al techo sin respirar.
Dueño: "Mirá lo que te queda ese pantalóoooonnnnn ... ¡di-vi-no! ... te faltan unos masajes y listo, qué decis ..."
Fer: "Otro día amigo mejor, es que estoy apurado ... tengo que hacer ... una cosa."
Le pagué. Cash, para no demorarme más y me fui, con el pantalón chupin puesto.

jueves, 13 de julio de 2017

Seismesino.

Me acordé medio de casualidad que el blog está cumpliendo seis meses. Aplausos por favor.
No los quiero enloquecer peeeero ... ya tuve más de 14.000 visitas en google.
Ya sé que no es una cosa que se diga qué bruto, que lindo escribe este cuate, pero algo de ruido vamos haciendo.
Gracias por el tiempo, gracias por sus reacciones, por compartir los textos, por los mensajes privados, por compartir conmigo sus recuerdos, gracias por todo.
Este es un blog que muestra historias corrientes, de un tipo común, contadas de un modo ... particular quizás. Quizás le encontramos la vuelta a las cosas simples, que pueden ser contadas de manera que se vea lo maravillosas que son.
Por que al fin y al cabo, en esas cosas simples, que paradójicamente no son cosas, ahí está la sal de la vida.

miércoles, 12 de julio de 2017

Tu nombre.

Aunque no te nombre.
Aunque no pronuncie tu nombre.
Aunque no lo escriba.
Estás en cada letra de mis historias.
Escribo desde el alma y todo tu ser la inunda.
Asi que ya ves, es inevitable que estés en mis escritos.
Tengo hambre de tus besos, sed de tus caricias y padezco la abstinencia de tus piernas entrelazadas con las mías.
No sé si será el clima, o la suma de todos los "te extraño" lanzados al aire, pero sueño con pincelar tu espalda con mis dedos, con bautizar tu cintura con mis labios y con que escuches, recostada sobre mi pecho, mis latidos después de hacerme sentir más vivo que nunca.
Mientras tanto, sólo mientras tanto, escribo estas líneas con tu nombre en medio de ellas.

martes, 11 de julio de 2017

It's raining men.

Confieso que hasta hace unos diez años aproximadamente era más tarado de lo que soy ahora. Pensaba (y defendía ese pensamiento a ultranza) que ser homosexual estaba mal.
Sí, ya sé, no me digan nada, un reverendo salame.
Gradualmente fui cambiando mi modo de ver las cosas, aceptando, entendiendo. Madurando quizás.

Finalmente llegó un momento en que me sentí un tipo "open mind". Re progre.
Pero, no sabía que tenía que atravesar un par de pruebas de fuego para confirmar que era tan copado el fer como pensaba.
Viajemos diez años atrás, el Fer estaba atravesando una de sus tantas crisis existenciales, y a causa del stress fui a parar a un traumatólogo por un dolor en la columna.
Me derivó a un kinesiólogo.Y al psicólogo de paso.
Mis visitas al psicólogo serán material para otro post.
Vamos a los bifes, a los masajes.
Salí una tarde de mi laburo y me presenté en un centro médico.
Me hicieron pasar a una sala de espera y apareció una señorita ... di-vi-na.
Kinesióloga: "¿Vos sos Fernando? Soy Carina, esperá acá cinco minutitos que ya estamos con vos."
Fer: "¿Te querés casar conmigo?"
No, eso no le dije. Pero casi.
Pasaron los cinco minutitos y escuché pasos acercándose.
Kinesiólogo: "Hola Fernando, soy Carlos, vení conmigo por favor"
Era gay Carlos. Muy, muy gay.
Y ahí estaba el Fer, lleno de preguntas, viendo como Carina se alejaba y siguiendo los pasos de Carlos por un laberinto de pasillos, y sin nada en los bolsillos para ir tirando y encontrar el camino a la salida en caso que necesite escapar, cual Hansel y Gretel.
Finalmente, después de numerosas curvas llegamos al final del recorrido.
Carlos: "Fer, sacate la camisa."
Fer: "Está bien ..."
Carlos: "Acostate boca abajo, apoyá la cabeza en ese almohadoncito."
Ok, quizás vi demasiado porno en mi vida, pero la cuestión es que en mi mente todo se tornaba demasiado sexual. De repente Carlos abrió unas botellas y agarró un instrumento cuyo nombre desconozco pero era largo y como que se hacía más ancho en la punta. Acepten que no soy yo solamente y les está sonando bastante fálica la descripción.
Empezó a untarme unos aceites en la espalda y tomó ese cuasi consolador, lo enchufó y lo acercó a ... mi espalda.
Fer: "Carlos, pará un cachito por favor"
Carlos: "Relajate Fer, te vas a sentir regio."
Fer: "Mejor dejame no regio Carlos, pará un poco, Carlos esperá, Carlosssss... uuuhhh qué bueno que está Carleeeetoooossss, seguí Charly, seguí."
Tenía razón Carlos, me relajé. Tanto que me dormí. Cuando desperté estaba solo, en la misma sala y en el mismo estado que estaba al principio. De repente noto que la almohada estaba mojada.
Fer: "Por favor Diosito que sea saliva. Y que sea mia."
Era saliva. Y creo que era mia. A ese punto me había dormido.
Diez sesiones le duré a Carlitos. Y sí, me dejó regio el tipo. Al menos de la espalda. La cabeza no tiene cura.
Charly, nos vemos cuando me saquen el yeso.

domingo, 2 de julio de 2017

Malos hábitos.

Creo que sería bueno que sepas que disto bastante de ser perfecto.
Tengo algunos malos hábitos que debo confesarte.
Mi risa nunca pasa desapercibida, me muevo bastante mientras duermo, me gusta dormirme tarde, y a veces permanezco en silencio porque sí.
Me pongo de mal humor rápidamente por cosas que no tienen sentido, me cuesta despertarme tarde los domingos, y suelo cantar (mal) en voz alta por la calle.
Tengo tres cicatrices físicas y unas cuantas más de las otras, cambio de opinión con mucha facilidad y demoro más de lo necesario en tomar las decisiones importantes.
Pero te pido por favor, quedate, porque durante la noche, tu ausencia se hace más presente y duele más, mucho más de lo que puedo admitir.
Quedate para ver lo bueno, quedate por esos besos en el cuello que puedo darte, para compartir la cena y también la ducha.
Quedate para salir a caminar conmigo, para que te cocine, y para que seamos el postre.
Quedate porque te extraño y preciso saber cuántos besos caben en tu cintura.
Quedate conmigo, aunque nadie entienda nuestras razones.
Quedate, porque si empecé a quererte sin querer,
no es queriendo que voy a dejar de quererte.


sábado, 1 de julio de 2017

El zurdito.

Me gusta caminar. Si tengo que llegar a un lugar que dista diez cuadras de donde estoy, lo más probable es que las camine y no me suba a un taxi. Y quizás hasta 20 me banque sin decir ni pío.
Estoy en buen estado físico y prefiero una buena caminata a putear por el tráfico.
Ah, y camino rápido. Muy. A esas diez cuadras quizás las haga en menos de diez minutos. Y trato de caminar más lento cuando voy con alguien. Pero me dura cinco pasos. Sepan disculpar las molestias ocasionadas.
Quizás sea por ser la versión tucumana de Flash. Quizás sea por andar distraído. Quizás sea por tener sueño. O quizás sea tan solo por salame, la cuestión es que tropecé en una vereda faltando media cuadra para llegar a mi laburo, cayendo de un modo tan estrepitoso que me fracturé el dedo meñique de mi mano derecha.
Sucedió en pleno centro, en la vereda de un bar, en hora pico, asi que brindé un muy divertido show.
Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue hacerme el muerto, pero sentía mucho dolor como para simular, asi que pensé en el plan b: convulsionar. Pero no tenía fresco el papel.
Así que me resigné a juntar lo que quedaba de dignidad e ir a mi oficina.
Terminé yendo a un sanatorio donde me enyesaron. La última vez que tuve un yeso fue a mis doce años y ya conté esa historia en VOS VISTE COMO SON LAS MINAS.
La cosa es que fui advirtiendo de a poco que perder mi mano hábil por 30 días no era un tema menor.
Manejar la compu en la ofi ... suelo escribiri 250 palabras por minuto y me vuelvo loco ahora. De hecho, llevo tres días escribiendo este post.
Cocinar ... imposible.
¿Comer? No hay chance con un bife ni nada que requiera ser cortado. Salvo que use mis atribuciones de jefe en la empresa y le diga a Chávez (una de mis víctimas) que me corte la carne. Pero quizás sea un tanto excesivo.
Ir al baño a hacer pis. Pensé en pedirle a Chávez también que me brinde sus dos manos para ayudarme, pero probablemente crea que lo estoy acosando. Me doy maña.
Con lo otro también.
Sacarme la ropa es un proceso lento, pero puedo hacerlo. Vestirme también cuesta pero ya le encontré la vuelta.
Para bañarme tengo que meter el brazo en una bolsa. Secarme también requiere que mida cada movimiento.
Hay algunas otras cosas para las que puedo darme vuelta tranquilamente. Guiño, guiño.
Limpiar mis anteojos se complica. Asi que si no los saludo no es por mala onda. Simplemente tengo los cristales sucios.
Imposible ponerme mis lentes de contacto. Descartado.
¿Afeitarme? Aún no lo intenté. Estoy evaluando la posibilidad de afeitarme dentro de 30 días.
Y finalmente, jugar con mis hijos, del modo bruto al que estamos acostumbrados a jugar ... eso es lo que más lamento dentro de mis limitaciones. Con todo lo demás se la rema.
Igual, ellos con toda su inocencia, me tuvieron piedad y nos limitamos a jugar a la escondida o a las carreritas de autos. Y a comer caramelos.
El próximo post sale en 15 días. mañana lo empiezo, por favor paciencia con el zurdito facho.

Manual para matar.

¿Cómo matar a un no muerto? Lo sé, parece una pregunta estúpida, y quizás lo sea. Jamás me agradaron los dueños de verdades y no pretendo tr...