Aunque no te nombre.
Aunque no pronuncie tu nombre.
Aunque no lo escriba.
Estás en cada letra de mis historias.
Escribo desde el alma y todo tu ser la inunda.
Asi que ya ves, es inevitable que estés en mis escritos.
Tengo hambre de tus besos, sed de tus caricias y padezco la abstinencia de tus piernas entrelazadas con las mías.
No sé si será el clima, o la suma de todos los "te extraño" lanzados al aire, pero sueño con pincelar tu espalda con mis dedos, con bautizar tu cintura con mis labios y con que escuches, recostada sobre mi pecho, mis latidos después de hacerme sentir más vivo que nunca.
Mientras tanto, sólo mientras tanto, escribo estas líneas con tu nombre en medio de ellas.
miércoles, 12 de julio de 2017
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