sábado, 1 de julio de 2017

El zurdito.

Me gusta caminar. Si tengo que llegar a un lugar que dista diez cuadras de donde estoy, lo más probable es que las camine y no me suba a un taxi. Y quizás hasta 20 me banque sin decir ni pío.
Estoy en buen estado físico y prefiero una buena caminata a putear por el tráfico.
Ah, y camino rápido. Muy. A esas diez cuadras quizás las haga en menos de diez minutos. Y trato de caminar más lento cuando voy con alguien. Pero me dura cinco pasos. Sepan disculpar las molestias ocasionadas.
Quizás sea por ser la versión tucumana de Flash. Quizás sea por andar distraído. Quizás sea por tener sueño. O quizás sea tan solo por salame, la cuestión es que tropecé en una vereda faltando media cuadra para llegar a mi laburo, cayendo de un modo tan estrepitoso que me fracturé el dedo meñique de mi mano derecha.
Sucedió en pleno centro, en la vereda de un bar, en hora pico, asi que brindé un muy divertido show.
Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue hacerme el muerto, pero sentía mucho dolor como para simular, asi que pensé en el plan b: convulsionar. Pero no tenía fresco el papel.
Así que me resigné a juntar lo que quedaba de dignidad e ir a mi oficina.
Terminé yendo a un sanatorio donde me enyesaron. La última vez que tuve un yeso fue a mis doce años y ya conté esa historia en VOS VISTE COMO SON LAS MINAS.
La cosa es que fui advirtiendo de a poco que perder mi mano hábil por 30 días no era un tema menor.
Manejar la compu en la ofi ... suelo escribiri 250 palabras por minuto y me vuelvo loco ahora. De hecho, llevo tres días escribiendo este post.
Cocinar ... imposible.
¿Comer? No hay chance con un bife ni nada que requiera ser cortado. Salvo que use mis atribuciones de jefe en la empresa y le diga a Chávez (una de mis víctimas) que me corte la carne. Pero quizás sea un tanto excesivo.
Ir al baño a hacer pis. Pensé en pedirle a Chávez también que me brinde sus dos manos para ayudarme, pero probablemente crea que lo estoy acosando. Me doy maña.
Con lo otro también.
Sacarme la ropa es un proceso lento, pero puedo hacerlo. Vestirme también cuesta pero ya le encontré la vuelta.
Para bañarme tengo que meter el brazo en una bolsa. Secarme también requiere que mida cada movimiento.
Hay algunas otras cosas para las que puedo darme vuelta tranquilamente. Guiño, guiño.
Limpiar mis anteojos se complica. Asi que si no los saludo no es por mala onda. Simplemente tengo los cristales sucios.
Imposible ponerme mis lentes de contacto. Descartado.
¿Afeitarme? Aún no lo intenté. Estoy evaluando la posibilidad de afeitarme dentro de 30 días.
Y finalmente, jugar con mis hijos, del modo bruto al que estamos acostumbrados a jugar ... eso es lo que más lamento dentro de mis limitaciones. Con todo lo demás se la rema.
Igual, ellos con toda su inocencia, me tuvieron piedad y nos limitamos a jugar a la escondida o a las carreritas de autos. Y a comer caramelos.
El próximo post sale en 15 días. mañana lo empiezo, por favor paciencia con el zurdito facho.

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