viernes, 16 de noviembre de 2018

Pétalos.

Nunca tuve margaritas en el jardín de casa. Ni mi vieja tampoco las tuvo jamás. Ni mi abuela. Había rosas, un montón de rosas (del color que busques), todas preciosas, pero llenas de espinas. Todo un presagio de mi vida amorosa. Y de las de ellas, porque a las tres nos fue como el culo. Al menos a mi hasta ahora, no tengo mucho por qué sonreir.
Quizás si hubiese tenido margaritas sus pétalos me hubiesen ayudado a saber a tiempo si él me quería o no me quería.
Quizás así la sangre no llegaba al río. Pero no hubo caso, finalmente el río se tiñó de rojo.
Díganme si alguna vez sienten más incertudumbre que cuando se enamoran. En ese momento en el cual empiezan a sentir algo por otra persona. Y cuánto necesitan algo objetivo de qué agarrarse. Una fórmula, una receta, una guía ... una margarita.
Pero no, ahí está una, librada a la buena de Dios, margarita en mano (ya que no hay flor, bienvenido sea un poco de alcohol), rezongando que ni para eso sirvieron las matemáticas que tanto me costaron aprobar durante toda mi vida.
¿Será que también me quiere? Más que pregunta termina siendo una tortura.
Así las cosas, resultó que no me quería. O quizás sí, pero a su modo. De un mal modo. Pero no quiero hablar de eso, me hace mal.
Me cerré, me negué, me juré no volver a caer nunca más en esta farsa del amor.
Sin embargo, acá estoy, buscando una maldita margarita por todos los jardines vecinos y no tan vecinos porque me he vuelto a enamorar y necesito saber con precisión matemática si él me quiere o no me quiere.
Soy un tanto terca. Siempre mi vieja renegaba con eso. Tan terca que fui hasta un vivero y me compré una maceta con una margarita.
Veremos qué sentencia la flor. Me quiere. Todo lo que me dice, me gusta. Desde sus buenos días hasta sus buenas noches. No me quiere. Esperá un poco, me estoy sintiendo muy a gusto con mi soledad. La disfruto. A veces me empañan los ojos la nostalgia, pero en general la disfruto. Me quiere. Por otro lado, no esperaba volver a sentirme así. Parezco una colegiala emocionada. No me quiere. No nos apuremos. Me siento super madura. No tengo por qué arruinar mi mejor momento.
Me quiere. Me sonríe, me abraza y chau. Me tiene. No me quiere. Todo muy lindo pero ...ojo con el desamor. Duele. Duele el alma y el cuerpo. Dan ganas de salir corriendo y a la vez de encerrarse y gritar y a la vez callar. Me quiere. Nunca me sentí tan a gusto con alguien. Siento que hablamos el mismo idioma. A veces basta una mirada. No me quiere. Tranquila. Todo bien con él. Parece buen tipo. Pero tu ex también parecía un buen tipo y ... ya sabemos bien cómo terminó todo. Se acabaron los pétalos. La única flor de la maceta dictó sentencia.
Soy un tanto terca. Bastante terca. Pobre mi vieja. Siempre haciendo la contra a todo, hasta incluso a lo evidente.
Acabo de hallarle forma de pétalo a un brotecito del tallo.
Me quiere.
Él me hace sonreir.
Estoy lista otra vez.

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