Puede que no tenga mucho para ofrecerte.
Cargo con un par de derrotas,
un vacío en el alma que me resulta difícil de llenar,
una cabellera en retirada,
un humor que se resiste a ser dominado,
un cuerpo de segunda mano,
unos pulmones que quizás jueguen tiempo de descuento,
una cantidad enorme de tardes de domingos,
unas cuantas cicatrices, de esas que dejan una marca en la piel y de las otras,
unas cuantas historias bien o mal escritas,
y con unos cuantos talentos que me apena enumerar.
Sin embargo, me gusta pensar que por un momento, te pertenezco, haces de mi lo que se te antoja y viceversa.
De repente hasta mi cuerpo reverdece si cruzas tu pierna sobre las mías y apoyas tu cabeza en mi pecho.
Y resucito, logro ser un hombre nuevo, me bautizas y todas mis cargas quedan atrás.
Puede que no tenga mucho para ofrecerte; muchas cargas y unos pocos dones que me apena mencionar, pero creo que aún soy digno de sacarte una sonrisa.
domingo, 25 de agosto de 2019
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