Como usted detesta las frases hechas y las charlas que nacen muertas y coincidimos en ambas cosas, no voy a tocar el tema de este invierno que se hace sentir.
Puedo ver cómo sus manos buscan refugio en sus bolsillos, y asumo que el frío se hace sentir en su cuerpo.
Prefiero entonces invitarla a mi casa. Podrá dejar de padecer el frío en sus manos, no será necesario que conserve tanta ropa. Puedo ayudarla con eso, confíe en mis habilidades.
Tengo comida rica en calorías y un malbec esperando. Algo de chocolate para el postre y mis brazos para que se entregue.
Sus manos ya no estarán tan frías y le aseguro que sus nalgas tampoco.
La invito a desmentir al invierno, verá cómo florece su pecho, como fabrico primaveras en su espalda y creamos un verano tórrido entre sus piernas.
Si lo desea, puede quedarse a dormir conmigo. Esta noche y todas las que quiera.
Palabra que sentirá muchas cosas, pero frío de ninguna manera.
domingo, 28 de julio de 2019
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