viernes, 3 de noviembre de 2017

Made in.

Qué soy. De qué estoy hecho. Para qué estoy. Tengo mil preguntas. Y voy contando poco menos de diez respuestas. Y cada respuesta genera una repregunta.
Estoy hecho de mil cosas.Y otras cosas que paradójicamente no son cosas.
Del libro de recetas de la Chicha que leía desde niño, para aprenderlas de memoria y seguir con la mirada cómo cocinaban las integrantes de la casa de Bernarda Alba.
De las historietas, enciclopedias y manuales que me compró la Consu, que generaron mil fantasías en mi mente, que finalmente era mucho más entretenida que los chicos de mi edad.
De los juegos que inventaba. De las capitales del mundo que soñaba visitar. De las banderas que sabía de memoria.
De los turnos extra que tomaba mi vieja en el hospital para parar la olla.
De los mimos de mi tío abuelo.
De la casa en el campo, del calor insoportable, la tierra que se levantaba con el mínimo viento, el miedo a las víboras y los asados al aire libre.
De los aromas a sopa y puchero que desde temprano elaboraba mi abuela.
Del chevy de mi padrino. De su brazo firme y sus palabras duras.
De mis amigos. Los buenos y los no tanto.
De mis errores, que fueron muchos.
De los pañales, mamaderas y desvelos con mis hijos.
De sus risas, abrazos, primeras y últimas palabras.
De sus gritos, enojos, llantos, dolores.
Del amor que me da ella. De sus besos. Los que ya me dio. Y todos los que falta que me regale.
De las ganas que tengo de verla.
De las comidas que preparo.
De las letras que vuelco en la compu como una catarata.
De este par de lágrimas que se me escapan.
De lo que dejo en cada persona.
Incorregible. Cambiante. Muy cambiante. Duro. Estructurado. Desordenado. Cariñoso. Rencoroso. Un poco (mucho) imbécil a veces. Exigente. Ausente. Presente. Cocinero. Escritor. Papá. Novio. Hijo.
Y de todas las cosas que me faltan vivir aún.

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