viernes, 27 de octubre de 2017

El ermitaño.

Por lo general soy extremadamente sociable. Me gusta charlar. Salvo cuando me empezás a caer mal. En ese instante prefiero llamarme a silencio. Con el silencio tengo una buena relación. No nos hablamos. Pero nos respetamos. Lo necesito cada tanto. Ese cada tanto quizás lo tenga este fin de semana. Les aviso, es probable que lo aproveche para escribir el prólogo de un libro de BENDITO ERES. Este es el momento en que ustedes aplauden.
Pero volvamos a lo importante. Volvamos al silencio, esos momentos de silencio de los que les hablé en "Vivo". Tan necesarios como probablemente difíciles de comprender o aceptar para los demás.
Aislarme me recarga, me ayuda a pensar con claridad.
Ermitaño en medio de la ciudad. Es un estado en el cual caigo de la nada.
Así estaba hace unos quince días. Era mi cumpleaños. Me subí al colectivo que me lleva a la ciudad donde viven mis hijos, tenía que buscarlos para que festejen conmigo. El odioso chofer, que parecía olfatear mi irritabilidad, decidió parar unos metros más adelante obligándome a correr para alcanzarlo. En mis manos llevaba unas velas para poner en la torta.
Me senté en la penúltima fila de asientos de pares. Del otro lado del pasillo, una chica hippie me miraba al punto de hacer brotar mi estado de aislamiento:

Chica hippie: "Disculpa, el colectivo para donde se detuvo, no donde vos estabas."
Creo que todos vamos a estar de acuerdo con ... ¿quién te consultó a vos hermana? Pero no, no contesto así.
Fer:  "No, para donde yo estaba."
Chica hippie: "No, para donde se detuvo."
Fer: "Flaca, no voy a discutir, es un sin sentido."

El viaje siguió, yo iba contestando mensajes saludándome por hacerme un poco más viejo y se me cae la vela.
En ese instante veo que la chica hippie abre una especie de bolsa madre de la cual saca un puñado de bolsas.
Chica hippie: "¿Querés una bolsa?"
Fer: "No, te agradezco."
Chica hippie: "¿Vas a un cumpleaños infantil?"
Fer: (con la utópica idea de darle un cierre a la charla) "Sí, es un cumpleaños infantil."
Chica hippie: "¡¡¡Eeehhh qué bueno!!!, yo soy animadora infantil, dame permiso, me siento con vos y te cuento qué cosas hago."
Fer: "Flaca, no, dejá, te hice una broma, no es un cumpleaños infantil, es mi cumpleaños."
Chica hippie: "¿Es de verdad tu cumpleaños hoy?"
Fer: "Sí, así es."
Chica hippie: "¡¡¡Eeeehhh feliz cumpleeeee amigooooo!!!"
Y se puso a cantarme el feliz cumpleaños. En medio del colectivo. A mi. Con mi estado ermitaño a flor de piel.
Fer: "Gracias flaca, gracias."
De repente se llamó a silencio el resto del viaje, como si por un momento hubiese sido poseída por el espíritu de Xuxa.

Así se me fue ese instante precioso que tenía para mi. Gracias niña hippie.
Mañana sábado por la tarde, les voy avisando, será mi momento ermitaño. Están todos avisados. Vos también chica hippie.

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