viernes, 13 de julio de 2018

Uno y medio.

No soy bueno para las fechas. Pero recordé que un 14 de enero del año pasado parí BENDITO ERES. Empecé a escribir (nuevamente) porque mi realidad era caótica. Necesitaba un espacio donde poder ser auténtico.
Un año y medio es un montón para mi. Casi doscientas historias. Casi 23.000 lecturas. Casi 900 seguidores. Mucho para un blog donde tan solo comparto palabras. Acá no hay memes, gifs, mujeres en bolas, noticias de fútbol ni opiniones políticas. Tampoco digo lo que quieren leer. Escribo y comparto lo que me nace.
Después de todos esos casi, la misión está cumplida. Este espacio me ayudó a volver a ser yo mismo.
Este post se está tornando autoreferencial, pero es inevitable que lo sea. Todas las historias lo son a su modo. Hasta las ficciones, alguna dosis de mi vida tienen.
Por ahora el blog sigue siendo un cheque en blanco, no sé hasta cuando publicaré. Será hasta que mueran mis ganas. O muera yo, lo primero que suceda.
Con respecto a las ganas, aún están. A veces escribo con el corazón, otras con las tripas. Y algunas historias tienen un poco de cada cosa.
Escribo simple, al menos lo intento, y no es por subestimar al lector. A mi me gusta leer a quien escribe simple. No me agrada cuando se usan palabras pretensiosas sólo para aparentar un determinado nivel cultural. Hay mucho de elitismo en el mundillo de la literatura. Creo fervientemente que la literatura tiene que acercarse a la gente, sin caer en golpes bajos, y no alejarla.
Me gusta que viajen a su pasado y se encuentren. Me gusta dibujarles una sonrisa, lograr que se les escape alguna vez una lágrima. Me gusta dejarles sabor a noche de sábado o a tarde de domingo. Me gusta que algunos de ustedes hayan decidido leer más después de encontrarnos. Me gusta que me escriban, que me envíen sus textos, que compartan sus historias de vida o un momento que están pasando. Me enriquecen.
Tengo mucho para agradecerles, en este espacio encontré gente maravillosa. Para mi es un gran placer encontrarme con ustedes durante la semana escribiéndoles yo, y ustedes leyéndome.
Gracias a todas mis musas; mis hijos, las integrantes de la casa de Bernarda Alba y mi compañera.
Nos estamos leyendo.

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