miércoles, 4 de julio de 2018

Ella sabe.

Ella supo ayudarme a encontrar la versión más auténtica de mi mismo.
Me sucede que suelo estar con muchas personas, pero con ella no solo estoy, con ella soy.
Ella me mira y está todo bien; en sus ojos (ojos herederos del cielo) cobra sentido todo lo cursi.
Ella sabe ser naranja entera y a la vez se refugia en mis brazos y hace que valga la pena cada mal sabor de mi existencia.
Ella sabe celebrar la paz y la guerra en el momento adecuado.
Ella está ahí, mientras esculpo esta reversión de mi vida en tiempo de descuento.
Ella supo arrancarme los "te quiero" que había jurado enterrar para siempre.
La quiero, la quiero en la cama y la quiero con manchas de cocina.
La quiero recién bañada, lista para una cita y la quiero recién amanecida.
La quiero quince minutos y la quiero un día completo.
Ella hace que me ardan las manos mientras escribo estas líneas.
Ella supo cambiarme noches tempranas por desvelos con risas.
Ella sabe ser terrón de azúcar y al mismo tiempo, es (se los juro) viagra hecho mujer.
Ella descubrió mis vetas escondidas, despertó lo dormido y reverdeció lo marchito.
Sin lugar a dudas, ella sabe.

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