jueves, 21 de septiembre de 2017

Dame papel y lápiz.

La Gringa: "¿Qué tenés ganas de hacer?"
Fer (5 años): "Dibujar."

Fascinación tenía por dibujar y pintar. Todo lo dibujaba. Si no tenía figuritas (que era lo más probable), las dibujaba. Si no tenía historietas, las dibujaba. Si no había juguetes, los dibujaba.
En el jardín (algo conté en Kindergarten) prefería dibujar a compartir con mis compañeros. Me parecían tan aburridos. Era el único que sabía leer de corrido, contar hasta 100 y que sabía las capitales de todos los países del mundo.
¿Qué podían decirme de interesante un grupo de veinte mocosos que no podían hilvanar una frase con un mínimo de coherencia?
Sí, a mis cinco años se notaba que iba a ser un tipo insoportable.
Solamente Matías se salvaba. A él también le gustaba dibujar. Y llevaba galletitas "Merengadas". Eso lo hacía sumamente interesante al pibe, lo suficiente como para que sea mi único amigo.

Tengo facilidad para contar historias (y para crearlas también) y probablemente todo venga de ahí, de haber fomentado la creatividad desde muy chico.
Cuando terminaban los capítulos de Mazinger Z, dibujaba historias diferentes, las pintaba y al otro día las vendía en el grado por diez centavos de Austral, los cuales eran felizmente canjeados por un sánguche de mortadela y queso.
Desparramado panza abajo en el piso del living, en esas siestas eternas, me perdía en el mundo de los dibujos y al mismo tiempo escuchaba la tele. Escuchaba, porque mi vista estaba en ese mundo imaginario.
La gringa pensó que sería bueno enviarme a tomar clases de dibujo. Error. No me gustaba que me digan cómo dibujar y qué dibujar.
Sí, a mis ocho años ya no me gustaba tener jefe.

Hoy, treinta años después, sigo siendo un tipo insoportable al cual no le gusta tener jefe. Pero lo disimulo bastante bien.
Ah, y sigo teniendo una gran y fecunda creatividad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Manual para matar.

¿Cómo matar a un no muerto? Lo sé, parece una pregunta estúpida, y quizás lo sea. Jamás me agradaron los dueños de verdades y no pretendo tr...