Tal vez no tenga voz para enamorarte con una serenata,
pero soy dueño de palabras tan dulces
que no te quedará otra que permitir que te abrace,
y de otras menos inocentes
que harán que te enciendas como brasa en noche de San Juan.
Tal vez no sea digno de bailar en un escenario,
pero tengo un par de manos que sabrán llegar
hasta lo más profundo de tu alma
y todo un cuerpo, ansioso de envolver al tuyo.
Tal vez no creas nada de ésto,
pero dame esta siesta y vas a ver,
vas a ser mi creyente más ferviente.
lunes, 11 de septiembre de 2017
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