miércoles, 22 de marzo de 2017

Andá a laburar.

Laburar es trabajar. Se lo aclaro a la gente de Tailandia que entra al blog (?)
Mi vida de niño y de adolescente estuvo marcada por la casa de Bernarda Alba. No me dejaban hacer nada. Tampoco era algo que me volvía loco eh? Yo estaba comodísimo con que todas las mujeres de casa se ocupen de todo. Mi obligación era solamente estudiar. Y no destruir el mundo en el camino.
Ya entrado en la universidad me daba cosa pedirle a las viejas plata para el bondi a la facultad, para las fotocopias, para el café con leche en el bar y para las salidas con amigos. Y con las amigas.
El problema era el de todos: no tener experiencia laboral. Así que había que rebuscárselas.
Una tarde volvía de visitar a una compañera de la facultad y en una vereda escuché a dos vecinas conversar sobre que el jardinero le había fallado a una de ellas. La cuestión es que me acerqué y me ofrecí a limpiarle el fondo (con el perdón de la expresión)
Le caí a la tarde siguiente, me calcé el short, las zapatillas rotas, una remera y agarré el machete. Yo era 100% virgen de machete. Así que de recuerdo me quedaron las manos ampolladas.
Como le gustó el laburo, me recomendó con la vecina y así sucesivamente, y hubo un tiempo en que fui el jardinero de la zona. Cualquier parecido con "amas de casa desesperadas" es una mera coincidencia.
Cuando se me terminó el curro (trabajo ocasional que permite conseguir dinero rápido, lo aclaro para mis fans de Singapur) me busqué otro. Tenía computadora e impresora en casa, así que me dediqué a armar currículums y a diseñar folletos para una empresa de cadetería. Tenga esa audacia del tipo.
Ah, también traduje textos en inglés. Sé saludar en inglés. Y pedir comida. Y preguntar por el baño. Paremos de contar.
Cuando se me agotaron esos recursos llegó un amigo que me dijo que se había comprado un equipo de música tremendo, como para poner música en una fiesta. Clin caja. Fuimos dj. Fuimos en realidad suena a manada. Él ponia música. Yo me paraba al lado y sonreía. Y cobraba.
Estuvimos unos meses así hasta que, también se terminó el curro.
Era hora Fer, de que labures de manera seria.
Fue entonces cuando me postulé para cubrir un cargo de ayudante de cátedra en la materia Impuestos II en la facultad. Quedaba vacante, era una gran oportunidad. Me preparé como nunca. Estudié toda la materia y me sabía de punta a punta todos los temas. Entramos al aula y estaba el favorito y después estábamos todos los demás. Sortearon el tema, saqué una bolsita de caramelos, estiré las gambas (piernas para mis admiradores del pais del sol naciente) sobre el asiento de adelanto y me dediqué a escribir abstolutamente todo. Saqué el puntaje máximo y me gané el cargo.
Fue una de las más lindas experiencias de mi vida. Dar clases era lo mejor. Aunque sean de consulta.Aunque sea reemplazando a un profesor que estaba solamente por status. Esa parte, era la más satisfactoria. Mi sueldo en ese entonces era de setenta pesos. A plata de hoy estaríamos hablando de $ 500 quizás. Me alcanzaba para cubrir el abono del bondi y algo de las fotocopias.
Me faltaba poco para recibir. Dos materias y el jefe de la cátedra me preguntó si quería laburar en su estudio. Casi le doy un beso en la boca.
Llegué con mi trajecito impecable y me señaló un placard, de esos empotrados. Estaba lleno de papeles.
Jefe: "¿Ves ese placard?"
Fer: "Sí."
Jefe: "Bueno, acomodame todos esos papeles."
Cuatro horas estuve. Eso fue el capítulo uno de mi pagada de piso. El resto de mi estadía en ese estudio (por ocho meses) fue bancarme la basureada de uno de los contadores, ser ignorado por otro y ser ninguneado por el tercero. ¿Les dije bancarme? Mi estadía prácticamente se terminó el día que me tuvieron que frenar para no pegarle una piña a uno de ellos. Pagué piso con intereses.
Contador: "Vos, cómo me rompes las pelotas tocando el portero, no podés subir solo con las impresoras, manga de pelotudo."
Algo lo hice hociquear (asentar la cara del otro contra una superficie dura, para mis seguidores de Groelandia)
Mi sueldo era de noventa pesos en bonos (una moneda emitida por la provincia en épocas de más malaria que ahora, que cuando la llevaba a cambiar por pesos perdía el 10%)
Finalmente conseguí luego de esa experiencia mi primer buen laburo. Pero eso, será otra historia. Por ahora, los dejo. Y vayan a laburar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Manual para matar.

¿Cómo matar a un no muerto? Lo sé, parece una pregunta estúpida, y quizás lo sea. Jamás me agradaron los dueños de verdades y no pretendo tr...