martes, 28 de marzo de 2017

Miradas.



Estaban solos, como cada miércoles por la tarde desde hace un año atrás. Ese mundo de cuatro paredes, único testigo del paso del tiempo, estaba como el primer día. Sábanas caídas, huellas de pies mojados ... sin embargo, ella estaba diferente. Esos cambios de cosas que las mujeres se guardan esperando que el hombre le brinde una razón para un ceño fruncido y una sonrisa extraviada.
Él: "¿Por qué tenés la mirada perdida? ¿Te pasa algo?"
Ella: "No hablés de mis miradas ... no las conocés ..."
Él: (clavando sus ojos en ella) "¡Cómo podés decir eso!"
Ella: (apuñalándolo con sus ojos azules, más profundos que nunca, y con un par de lágrimas que se arrebatan de prepo) "¿Cómo podés decirme eso vos a mi?"
Él: "..."
Ella: (ya con lágrimas bordeando la comisura de sus labios, arrastrando un alud de maquillaje) "¡No conocés mi mirada sentada en una plaza, ni mi mirada recorriendo vidrieras, ni tomando un helado, ni en un cine, en nada, en absolutamente nada! ... vos ... ¡vos no conocés mis miradas … cómo podés decirme eso vos a mi!"
Él: "Lo sé ... algunas miradas no me están permitidas"
Ella: "Él sí conoce todas mis miradas"
Él: (mirándola con ternura de primera vez) "Pero él no conoce tus miradas más sinceras ... yo conozco tu mirada cuando me decís te amo al hacer el amor. Yo conozco tu mirada cuando brilla al reirte de mis chistes. Yo no sólo conozco tus miradas, yo las comprendo ... y sí, puede que sean miradas dentro de estas cuatro paredes, pero él, con todo el mundo de ventaja no llega a conocerlas a todas."
Ella: (buscando con sus pulgares las últimas lágrimas) " ... "
Él: "Decime si cuando lo mirás a él no deseas verme a mi."
Ella: "Cada puto instante ... decime, no sentís que te condeno a la eterna sospecha de una esperanza que jamás se concreta?"
Él: "Jamás me sentí preso con vos"
Ella se mordió el labio inferior, conteniendo una nueva andanada de lágrimas ... ese labio que él adoraba retener al besarla.
Él sonrió, la rodeó con sus brazos.
Ella se dejó cobijar en su refugio secreto.
Él la miró a los ojos y entendió que su mirada esta vez era diferente ... esta vez, esa mirada era completamente nueva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Manual para matar.

¿Cómo matar a un no muerto? Lo sé, parece una pregunta estúpida, y quizás lo sea. Jamás me agradaron los dueños de verdades y no pretendo tr...