Mientras tanto,
en algún rincón de la ciudad
hay un perfume a nostalgia,
un sabor a hasta luego agridulce,
una profecía de un abrazo a punto de cumplirse,
un beso y una emoción contenida,
sólo para no perder las formas.
¿Cómo matar a un no muerto? Lo sé, parece una pregunta estúpida, y quizás lo sea. Jamás me agradaron los dueños de verdades y no pretendo tr...
No hay comentarios:
Publicar un comentario